¿PORQUÉ LEER? 1er reunión (Inauguración) Club de Lectura Empatía Lamaspampa

En una familia normalita, crecía un niño, al cual sus padres le inculcaron la lectura, desde chiquitito, el niño se cebo a leer, a la edad de 9 añitos, sus padres se lo llevaron a un claustro, realmente era una escuela militar de Brené al sur de Francia, pero esta escuela, era una escuela fría absolutamente fría, monacal, estricta, disciplinada, sus padres lo llevaron y o dejaron allá sin ninguna compasión, con el objeto que educaran al niño como militar.

El niño tenía por encima de los demás el hábito de la lectura, era bueno como estudiante, pero se aislaba demasiado a leer y uno de los libros que leyó, fue de un historiador griego, titulado dependiendo de la traducción, Los Sabios Hombres Ilustres de Grecia, él quedó alucinado con esta obra, después empezó a leer la vida de Alejandro Magno y también leyó la vida de Carlomagno, Carlomagno fue el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, la gran parte del mundo conocido en ese entonces lo gobernaba Carlomagno.

Este niño, era un niño común y corriente, era chiquitito y nunca creció tanto, dicen que no tenía la estatura para ser un militar, pero tenía una ventaja por encima de los demás ¡LEIA! Y este niño, hecho hombre transformó el mundo occidental en el mundo que conocemos hoy, el mundo en el cual vivimos hoy, gracias a él tenemos la democracia que tenemos hoy, y que tengamos libertad de pensamiento, el hizo respetar los derechos humanos. Este niño es Napoleón Bonaparte

¿Qué le pasó a Napoleón? Empezó a soñar desde niño porque había leído libros, él empezó a soñar que tenía que cumplir una misión espectacular mientras estuviera vivo, porque, amigos, la vida es la única oportunidad que tenemos sobre la faz de la tierra y él empezó a ganar una conciencia impresionante sobre el hecho de estar vivo.

Le preguntaron una vez porqué era tan obsesionado, tan arrojado, tan increíblemente capaz de todo y decía porque un ser humano que se precie de serlo es una luz que está llamada a iluminar el cielo de su época.

Decía: “yo soy bueno en lo que hago, porque un ser humano que se precie de serlo es una luz que está llamada a iluminar el cielo de su época”, el cielo de su época lo iluminó Napoleón Bonaparte, mis amigos.

En Francia, estaban en plena revolución francesa, las gentes estaban volcadas en las calles, el mundo estaba cambiando, estaban saliendo de prácticamente 1200 años de dictadura.

Los franceses dijeron hasta aquí, no nos aguantamos más, mandaron a la miércoles al rey, y se tiraron a la calle, y empezó la violencia.

Napoleón, el chaparrito, dijo ¡tranquilos! ¡yo voy a calmar las aguas!, así lo hizo, de ahí para adelante es más conocida la historia, empieza a ascender, en el tema político y se pone la meta de conquistar toda Europa, por ejemplo llegaba a un país vencía, destronaba al rey, y fundaba una democracia y exigía que se respetara los derechos humanos, que se respetase la propiedad privada y el libre pensamiento y que no hicieran aso al rey.

El código que nosotros conocemos, con el que se cierran los negocios, es el código civil, y con este código se cierran los negocios de hace 200 años, ese código lo escribió Napoleón Bonaparte, digamos que es el código de Napoleón, antes de Napoleón no había leyes escritas, era lo que al Rey le diera la gana, el mundo era macabro, después de Napoleón escribieron las leyes y por eso nosotros vivimos en países democráticos, recalco, ese niño que leyó desde chiquitito, fue capaz de transformar el mundo occidental.

Con esta breve historia, deseo decirles que la lectura es un herramienta poderosa para ganar habilidades y ponerlas en práctica, nos aporta fuerza y determinación, además de ayudarnos a fortalecer nuestro carácter, nos permite abrir nuestra mente y ennoblecer nuestro corazón, nos aleja de la duda, el temor y el conformismo, nos ayuda hacer frente a las adversidades de la vida, porque nos refuerza emocionalmente, dotándonos de poderes aparentemente mágicos, pero que realmente están latentes en cada uno de nosotros.

Es muy importante tener en cuenta que se lee también,  en este caso me oriento a la lectura que eleva, que nos acerca a nuestros hermanos, a nuestro prójimo, aquella lectura que nos hace mejores seres humanos, más tolerantes, más comprensivos, más empáticos.

Sobre los que son docentes y los que son padres y madres recae un poder magnifico que es el de ser ejemplo de sus niños. Todos nosotros como sociedad, pero recae esa responsabilidad sobre ustedes, porque están con ustedes el mayor tiempo posible, deseo que tengan la sabiduría, la fuerza, el coraje para guiar a esos niños. Para hacer esto, les invito a poner en práctica de forma activa en su vida una de las mejores herramientas a nuestra disposición, la lectura de buenos libros. Ahora tendremos esa oportunidad de hacerlo juntos en nuestro club de lectura. 

Nilda Torres Figueroa